Me dejo caer ya rendido,
ante lo oculto de tu mirada,
te veo, te siento, me tienes, me abrazas.
Cedo ante tu insistente dominio con los ojos cerrados,
caricias húmedas de besos rotos,
designio querido, intencionado olvido
en unos momentos íntimos,
tan nuestro como valorados.
Efímero apoyo, escudo en tiempo real,
de unos sentimientos puros de raíz.
El amor, en su inocencia inmaculada,
no entiende de nocivas palabras,
de funestas contiendas,
ni de medias verdades disparadas.
Paralelos hechos al amparo de una sola luna,
que cubre las sábanas de sombras limpias
sin medir ni calibrar
la oscuridad que se oculta detrás de mi lucha.
Rendido estoy ante el amor…
Dolido, confuso, adormecido
en nubes de revueltos tiempos.
Cargado de fiel esperanza,
vendrá un mañana de ojos abiertos.
*José Manuel Salinas*
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