Un río, dos corazones
cada uno en su orilla está.
Río de
fluidas claras
transparente,
cristalino… vivo
De aguas
tibias, cálidas
en días
de verano, frías
casi
hielo en las noches de invierno
río de
montaña
Río manso en el pasar de su cauce,
bravo,
tan brusco que daña
necesitado
de sus orillas… libre en su pasar
desbordar
no quiere…
Río de
montaña, manso, bravo… vivo
aportando
humedad a las aristas
creando vida al avanzar
sentimientos
y esperanzas, siempre han de estar.
Desde el
ver de sus riberas,
sobresalen
dos piedras, éstas sobre las demás,
suaves y
limpias, finamente horadadas
por su
gracioso salpicar.
Río de
montaña libre en su cauce
guiado en
sus rebordes
transparente
y cristalino va,
manso,
bravo… vivo.
*José Manuel Salinas*
D.R.
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