domingo, 18 de marzo de 2012

TESTAMENTO








Si alguna vez… dejaras de quererme, he de suponer
Si alguna vez, proponerte quisieras, entre mil ganas…
Aborreciendo la razón, atormentando el sentido
Entre  nubes pardas, de crestas altas y baja altura…

¡Oh, amada mía!

Si tu mañana fuese de un frío gris, solitario
Con la fuerza aburrida de un corazón ausente
Desprecio de un camino sin vuelta y, recto
En curva sentenciosa, de pensamiento viejo, tan largo…

¡Oh niña, mi alma gemela!

He de decirte, que mi amor es pureza
La paz del horizonte no rocoso, el calido
Atardecer, recogida fiel y fecunda
De abeja recolectora, sumiso de la reina

Que mi piel es tu piel, manto templado
Sordo callado, de tus gritos dispuesto…
Sin premura, ni tiempo, adornados flujos
Regocijo necesario de tu cuerpo

¡Mujer del alma!

Si con todo y más, dejas de quererme
Amada, entre mil ganas, he de suponer…

Que no lloraré, ni vendrá el derrumbe esperado
No haré del dolor mi aliado, ni jaqueca de ojos hinchados
Dormiré placido en la cuna de los sueños inventados
Sin peso, ni espasmos, ni sed, ni sudor salado

No he de hacer de mis gritos, miedos ahogados en desesperanza
Ni habrá suplicas, ni rodillas mancilladas
Ni palabras tropezando, en los recuerdos del ayer

Dulces lagrimas, de un solo corazón enamorado
No  romperá en mil pedazos, por la angustia sangrienta
De unas venas abiertas, en cuerpo pálido…

Cuando…  entre mil ganas, el sentimiento se haga invierno
Estará amortizado, como la buena cosecha en su vender
Ahorros sin valor… de un corazón, ya duro y helado…

Desde mi lucidez y conciencia, pongo a Dios por testigo
Que firmo y rubrico este único testamento, por siempre….
De Amor.

Herencia en palabras y sentimientos, de un hombre
Que en ese mismo instante, murió de amor


 *José Manuel Salinas*
       D.R.


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